Y Dios creó a las partículas subatómicas, y las juntó para crear los átomos, y juntó los átomos para formar granitos de arena.
E hizo Dios vibrar a las partículas dentro de los átomos, que oscilaban y vibraban como las cuerdas de una guitarra, y así Dios creó la música.
Y Dios juntó los granitos de arena para formar planetas, y con la luz hizo las estrellas, y con todo un Universo que se expandía, creando el Tiempo.
Y en un grano de arena cabían más átomos que granitos de arena había en una playa.
¡Y había más estrellas que átomos de arena en una playa!
Y vio Dios que todo era hermoso.
Y vio Dios que todo era bueno.
Y juntando los átomos en moléculas formó Dios las millones de formas que componen el Universo.
Y cogió Dios su átomo favorito: el de Carbono, por las combinaciones tan chulas que podía hacer con él, y jugando formó una molécula que podía reproducirse a su vez en otra molécula, y esta en otra, y así sucesivamente… y así creó la VIDA.
Y vio Dios que todo era hermoso. Y vio Dios que todo era bueno…
E inventó Dios otro juego sin nombre, que luego se llamaría el de la “selección natural”, que iba moldeando la vida según se adaptaba en armonía con el entorno, formándose plantas y animales de muchas formas y colores, que iban cambiando sus formas y colores y los que mejor bailaban con el entorno se reproducían en más bichillos que volvían a intentar estar en armonía en el resto de la Naturaleza.
Y vio Dios que todo era hermoso. Y vio Dios que todo era bueno…
Y un tiempo después…
(Bueno, para Dios no hay antes ni después, porque todo sucede a la vez)
Bueno, que en jugando y jugando salió una especie de monillo pelado muy gracioso en un planeta azul, en donde ganó el juago de la Selección Natural.
El monillo pelado era muy gracioso, y se llamó a sí mismo SER HUMANO.
Y este monillo pelado, como otros mamíferos vertebrados parecidos, tenía dos sexos: femenino y masculino, como reflejo de la dualidad de furezas del Universo: el Yin (la tierra, la oscuridad, la pasividad y la absorción) y el Yang (el cielo, la luz, la actividad y la penetración).
Y vio Dios que todo era hermoso. Y vio Dios que todo era bueno…
Y lo más gracioso del monillo pelado era su curiosidad y su imaginación, y su capacidad para crear ideas que se transmitían entre monillos pelados que no se conocían.
Y entonces los monillos, conectando las ideas que se les ocurrían a unos y a otros, creó la Ciencia y el Arte.
Y tal era la imaginación del monillo que hasta en una ocasión se creyó el Centro de la Creación.
Hahahaha
Rio Dios
Hahahaha
Y a través de la Ciencia el monillo pelado comprendió cómo las Células Madre se transforman y juegan con otras células para regenerar los tejidos y poder curarse de enfermedades y lesiones.
(Bueno, primero el monillo tuvo que inventar la palabra “Madre”, que es uno de los sonidos más hermosos que se han escuchado en el Universo).
Y vio Dios que todo era hermoso. Y vio Dios que todo era bueno…
Y los monillos pelados Traumatólogos, que al principio eran muy, muy brutos (algunos ni siquera estaban pelados y se parecían a sus primos los macacos) desarrollaron técnicas para curar a otros monillos pelados y hacer que otros de sus congéneres estuvieran sanos y felices corriendo, saltando, y cuidando de sus cachorrillos.
Y otros aprendieron a leer con la Genética lo que estaba escrito en cada una de sus células.
Y por fin pudo comprender el monillo pelado con la Fïsica la música del Universo en la dualidad partícula-onda.
Y pronto consiguió hacer una computadora cuántica que resolvía cálculos casi infitinitos en décimas de segundos, y consiguió la Ventaja Cuántica, y después la Supremacía Cuántica.
Y pudo unir muchos conocimientos de Física Cuántica y Biología y pudo comprender, y aplicar, la Actualización Epigenética y entonces…
Continuará…
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