El CrossFit es una modalidad deportiva que nace en Estados Unidos oficialmente en 2001 impulsado por Greg Glassman, cuando empezó a utilizar estas técnicas para entrenar a policías. Se trata de un modelo de entrenamiento funcional ejecutado con alta intensidad en el que cada persona entrena con un peso que le permita realizar las máximas repeticiones posibles.
En este deporte se busca mejorar aspectos físicos como la resistencia cardiovascular y respiratoria, la resistencia muscular, fuerza, flexibilidad, potencia, velocidad, agilidad, psicomotricidad, equilibrio y precisión. Para ello se realizan entrenamientos en los que se utilizan varios grupos musculares de manera sinérgica, combinando ejercicios de atletismo, gimnásticos-calisténicos y levantamientos de peso similares a los realizados en halterofilia.
El incremento en la capacidad física tanto aeróbica (aumento importante de VO2 Máx) como anaeróbica y coordinación psicomotriz que experimentan los practicantes de CrossFit es relevante.
Con este deporte se consigue mejorar espectacularmente nuestra capacidad física; sin embargo, es recomendable que antes de practicarlo tengamos cierto conocimiento técnico y un forma física previa adecuada ya que algunos de sus ejercicios pueden resultar lesivos si se realizan de forma equivocada. Por ello, es recomendable que al realizar cualquier actividad de este tipo practiquemos con un peso adecuado.
Debido a la naturaleza de este tipo de entrenamientos, muchos «entrenamientos del día» (llamados «WOD»: Workout of the day), incluyen levantamientos olímpicos que requieren de una ejecución casi perfecta para evitar el riesgo de lesión. Como hay que realizar el mayor número de levantamientos en un determinado tiempo o bien realizarlo con el mayor peso posible, en muchas ocasiones tras la realización de otro ejercicio extenuante, es fácil que no se realice el movimiento correctamente debido al cansancio o fatiga muscular, favoreciendo la lesión. Nunca, por tanto, hay que sacrificar la técnica para aumentar la carga o el número de repeticiones.
Además, en el caso de que exista una lesión previa que no se haya manifestado con anterioridad (alguna lesión ligamentosa de rodilla, una degeneración tendinosa o una protrusión discal…), ésta podría aparecer o emperorarse debido a la intensidad de este tipo de entrenamientos.
Por otra parte, se han dado algunos casos de arritmias y de rabdomiolisis en algunos practicantes en Estados Unidos.
Por todo ello, algunas voces dentro de asociaciones como la ACSM («American College of Sports Medicine») han legado a advertir un «riesgo desproporcionado de lesión músculo-esquelética», y antes de comenzar un programa intensivo de entrenamiento y durante su realización, ante los primeros signos de que algo no va bien, hay que consultar a un especialista en traumatología deportiva para evitar empeorar nuestra salud, que es precisamente lo que intentamos mejorar con el ejercicio.
Aunque hay aspectos del CrossFit que todavía deben ser mejorados en cuanto a su «funcionalidad», lo cual sin duda se perfeccionará en los próximos años, supone un gran avance en cuanto a la evolución del fitness y es una herramienta que permitirá el desarrollo de las capacidades del sistema locomotor humano hasta límites que todavía no han sido alcanzados.