Fractura de cadera: qué es, cómo se trata y cuánto tarda en curarse

La fractura de cadera es una lesión que puede cambiar radicalmente el día a día de una persona, especialmente en adultos mayores. No se trata solo de un hueso roto: puede afectar la movilidad, la independencia y hasta el estado de ánimo. Por eso, entender en qué consiste y cómo actuar a tiempo es clave para una buena recuperación.

Muchas veces, este tipo de fractura ocurre tras una caída que podría parecer menor. Sin embargo, cuando los huesos están debilitados por la edad o la osteoporosis, el riesgo aumenta. Saber identificar los síntomas y acudir rápidamente al especialista puede marcar la diferencia.

En este artículo te explicaremos qué es una fractura de cadera, por qué ocurre, cómo se diagnostica y qué tratamientos existen. Si tú o un ser querido han pasado por esta situación, aquí encontrarás información útil para tomar decisiones con más tranquilidad.

¿Qué es una fractura de cadera?

Una fractura de cadera es una rotura en la parte superior del fémur, el hueso largo del muslo que se conecta con la pelvis en la articulación de la cadera.

Este tipo de lesión suele producirse como resultado de una caída, especialmente en personas mayores con huesos debilitados por la osteoporosis, aunque también puede afectar a personas más jóvenes en casos de accidentes graves o traumatismos fuertes.

Existen varios tipos de fractura de cadera, dependiendo del lugar exacto donde se produce la rotura. Las más comunes son las fracturas del cuello femoral (justo debajo de la cabeza del fémur) y las intertrocantéricas (entre el cuello y el cuerpo del fémur). La localización de la fractura influye directamente en el tratamiento y en el tiempo de recuperación.

Es una lesión seria que requiere atención médica inmediata. Sin un tratamiento adecuado, puede afectar significativamente la movilidad de la persona y su calidad de vida, e incluso poner en riesgo su salud general, especialmente en adultos mayores. Por eso, es fundamental identificar los síntomas a tiempo y actuar con rapidez.

Tipos de fracturas de cadera

Las fracturas de cadera no son todas iguales. Según la zona del hueso afectada, se pueden clasificar en tres grandes tipos: intracapsular, intertrocantérea y subtrocantérea. Cada una tiene características propias que influyen en el tratamiento y la recuperación.

Fractura intracapsular

Este tipo de fractura se produce dentro de la cápsula articular que rodea la articulación de la cadera, afectando directamente al cuello del fémur. Es una fractura delicada porque puede comprometer el flujo sanguíneo hacia la cabeza femoral, aumentando el riesgo de complicaciones como la necrosis. Es más común en personas mayores y suele requerir una intervención quirúrgica, ya sea con tornillos, prótesis parcial o total.

Fractura intertrocantérea

Ocurre entre el trocánter mayor y el trocánter menor del fémur, justo fuera de la cápsula articular. Estas fracturas suelen tener mejor pronóstico que las intracapsulares, ya que el riego sanguíneo no se ve tan comprometido. El tratamiento habitual es quirúrgico mediante el uso de clavos o placas que estabilizan el hueso mientras cicatriza.

Fractura subtrocantérea

Esta fractura se encuentra un poco más abajo de un saliente óseo llamado trocánter menor, que forma parte del hueso del muslo (fémur). Está ubicada en la parte superior de la diáfisis femoral, que es la zona larga y recta del hueso.

Aunque menos frecuente, es una fractura compleja debido a las fuerzas musculares que actúan sobre el fémur, lo que puede dificultar su alineación. El tratamiento también suele ser quirúrgico, con el uso de clavos intramedulares para mantener la estabilidad.

Causas y factores de riesgo

La fractura de cadera suele producirse por una caída, especialmente en personas mayores. A medida que envejecemos, los huesos se vuelven más frágiles por la pérdida de densidad ósea, lo que aumenta la probabilidad de que una caída aparentemente leve cause una lesión grave.

Entre las causas más frecuentes también se encuentran los accidentes de tráfico, los impactos directos sobre la cadera y, en casos menos comunes, ciertas enfermedades que debilitan los huesos, como la osteoporosis, el cáncer óseo o algunos trastornos neurológicos.

Además, existen varios factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir una fractura de cadera. Los más comunes incluyen:

  • Edad avanzada
  • Osteoporosis
  • Falta de actividad física
  • Historial previo de fracturas
  • Problemas de equilibrio o visión
  • Consumo de alcohol o tabaco
  • Uso prolongado de ciertos medicamentos, como corticoides

Conocer estas causas y factores de riesgo es clave para prevenir este tipo de lesiones, sobre todo en personas mayores o con enfermedades óseas.

Tratamientos de recuperación

La recuperación de una fractura de cadera puede variar bastante según el tipo de fractura, el tratamiento aplicado y las condiciones generales del paciente (edad, movilidad previa, enfermedades asociadas).

A continuación te explicamos los tratamientos más habituales y el tiempo estimado de recuperación en cada caso.

1. Tratamiento quirúrgico: prótesis o tornillos

En la mayoría de los casos, especialmente en personas mayores, se recurre a la cirugía. Esta puede consistir en colocar una prótesis total o parcial de cadera, o bien fijar la fractura con tornillos o placas si la estructura ósea lo permite.

Tras la operación, el paciente suele estar hospitalizado entre 3 y 7 días. A partir de ahí, comienza la rehabilitación con fisioterapia. La recuperación funcional puede tomar de 2 a 4 meses, aunque en personas mayores puede extenderse a 6 meses o más hasta recuperar la autonomía.

2. Rehabilitación y fisioterapia

Después de la cirugía, es fundamental un plan de fisioterapia adaptado para recuperar fuerza, equilibrio y movilidad. Se trabaja en varias fases: primero ejercicios en cama, luego asistencia para caminar con andador o bastón, y más adelante fortalecimiento progresivo.

El tratamiento de rehabilitación puede durar entre 6 semanas y 3 meses, dependiendo de la evolución. Cuanto más activo y constante sea el paciente, mejor será la recuperación.

Nota: te invitamos a leer el artículo Rehabilitación física para personas mayores.

3. Tratamiento conservador (sin cirugía)

Este enfoque se utiliza en casos muy concretos, como fracturas estables o pacientes con alto riesgo quirúrgico. Consiste en mantener reposo en cama y controlar el dolor, seguido de rehabilitación progresiva.

Es un proceso más largo. Solo comenzar a movilizarse puede tardar entre 4 y 6 semanas, y la recuperación total puede extenderse a 6 meses o más. Además, existe un mayor riesgo de complicaciones por inmovilización prolongada.

4. Medicación y control del dolor

Durante todo el proceso, es fundamental controlar el dolor con analgésicos y antiinflamatorios, y en algunos casos con medicamentos específicos para fortalecer los huesos, como bifosfonatos o suplementos de calcio y vitamina D.

El control del dolor suele mantenerse durante las primeras 2 a 4 semanas, y el tratamiento óseo puede prolongarse durante varios meses o incluso de forma indefinida, según el caso.


La fractura de cadera es una lesión grave que afecta sobre todo a personas mayores, pero que puede presentarse en cualquier etapa de la vida debido a caídas, accidentes o enfermedades que debilitan los huesos. Entender en qué consiste y cómo se clasifica es clave para actuar con rapidez y mejorar el pronóstico.

Conocer los factores de riesgo, como la edad avanzada, la osteoporosis o ciertos hábitos de vida, permite tomar medidas preventivas que marcan la diferencia. La detección temprana y el tratamiento adecuado ayudan a evitar complicaciones y a recuperar la movilidad lo antes posible.

La recuperación de una fractura de cadera requiere tiempo, cuidados médicos y, en muchos casos, rehabilitación. Con el apoyo adecuado y un enfoque personalizado, muchas personas logran retomar su vida cotidiana con buena calidad de vida. Ante cualquier duda o molestia, lo mejor es consultar con un especialista en traumatología.

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