Lesiones en la espalda: causas, síntomas y tratamientos

Las lesiones en la espalda son una de las dolencias más comunes y dolorosas que afectan a muchas personas. Ya sea por una mala postura, un esfuerzo físico excesivo o el paso del tiempo, el dolor lumbar y otros problemas relacionados pueden interferir seriamente en la calidad de vida. A menudo, estos problemas se vuelven crónicos, afectando tanto a jóvenes como a personas mayores.

El día a día puede verse alterado por un simple movimiento mal hecho o por una actividad repetitiva que no se realiza de forma correcta. Si bien el dolor puede parecer algo menor al principio, con el tiempo puede intensificarse y generar complicaciones adicionales. Además, los tratamientos varían según la gravedad de la lesión, y es crucial entender las diferentes opciones disponibles.

En este artículo, veremos las principales causas de las lesiones en la espalda, los tipos más comunes y qué medidas tomar para tratarlas de manera eficaz. Entender la importancia de una buena higiene postural, los ejercicios adecuados y las terapias más efectivas puede marcar una gran diferencia para evitar molestias a largo plazo.

Causas más comunes de las lesiones en la espalda

Las lesiones en la espalda son un problema frecuente que afecta a personas de todas las edades y estilos de vida. Las causas pueden variar desde factores mecánicos hasta problemas de salud subyacentes, pero algunas son más comunes que otras.

Estas son las principales causas de las lesiones en la espalda:

1. Movimientos bruscos o mal ejecutados

Una de las causas más comunes de lesiones en la espalda surge al realizar movimientos repentinos o incorrectos. Por ejemplo, al levantar objetos pesados de forma inadecuada, como agacharse sin flexionar las rodillas, se ejerce una presión excesiva en la columna vertebral y los músculos de la zona lumbar.

Esto puede resultar en esguinces o distensiones musculares. Además, debes tener cuidado con las lesiones deportivas y, si crees tener una, aprender a diferenciarla y acudir a un especialista.

2. Postura incorrecta

Pasar largas horas sentado o de pie con una postura inadecuada puede generar una gran tensión en la espalda. Una postura encorvada, como la que suele adoptarse frente al ordenador, puede causar desequilibrios musculares y dolor crónico en la zona lumbar, los hombros y el cuello.

3. Sedentarismo

La falta de actividad física contribuye a la debilidad de los músculos de la espalda, que son esenciales para mantener la estabilidad de la columna vertebral. Sin un fortalecimiento adecuado, estos músculos no pueden soportar correctamente las cargas diarias, lo que aumenta el riesgo de lesiones. El sedentarismo también puede afectar la flexibilidad, lo que agrava el problema.

4. Enfermedades degenerativas

Las afecciones como la artrosis o la degeneración de los discos intervertebrales son causas comunes de dolor crónico en la espalda. Con el envejecimiento, los discos entre las vértebras pueden perder altura y elasticidad, lo que provoca compresión en los nervios cercanos, causando dolor y rigidez en la espalda.

Seguro que te interesa saber cómo prevenir la osteoporosis.

5. Lesiones traumáticas

Accidentes, caídas o impactos directos pueden causar lesiones graves en la columna vertebral. Un golpe fuerte en la espalda puede resultar en fracturas, hernias discales o daños en los músculos y ligamentos que rodean la columna.

6. Exceso de peso

El sobrepeso pone una presión adicional en la espalda, especialmente en la zona lumbar. Esta sobrecarga extra puede provocar un desgaste más rápido de los discos intervertebrales y aumentar el riesgo de lesiones, así como de dolor crónico.

7. Estrés y tensión emocional

El estrés emocional también juega un papel en las lesiones en la espalda. Cuando estamos estresados, tendemos a tensar inconscientemente los músculos de la espalda, lo que puede generar dolor y rigidez. Además, el estrés prolongado puede contribuir a trastornos posturales que afectan la salud de la columna vertebral.

En resumen, las lesiones en la espalda son multifactoriales, y su prevención depende de adoptar hábitos saludables, como mantener una postura adecuada, realizar ejercicios de fortalecimiento muscular, evitar cargas excesivas y controlar el estrés.

Síntomas de las lesiones de espalda

Las lesiones en la espalda pueden variar en intensidad y naturaleza, pero algunos síntomas comunes indican que algo no está funcionando correctamente. Entre los signos más frecuentes se encuentran:

  • Dolor lumbar: el dolor en la parte baja de la espalda es el síntoma más común. Puede ser agudo o crónico y empeorar con el movimiento o al estar mucho tiempo sentado o de pie.
  • Rigidez: la sensación de rigidez o dificultad para moverse es otra señal de una posible lesión. La rigidez suele acompañar al dolor y puede dificultar actividades cotidianas como inclinarse o girar.
  • Dolor irradiado: en casos de hernias discales o problemas en los nervios, el dolor puede irradiar hacia las piernas, causando una condición conocida como ciática. El dolor puede sentirse como una sensación de ardor o picazón que baja por la pierna.
  • Hormigueo o entumecimiento: si una lesión afecta a los nervios de la espalda, puede causar sensaciones de hormigueo, entumecimiento o debilidad en las piernas o los pies. Suele ser indicativo de una compresión nerviosa o de una hernia discal.
  • Debilidad muscular: la debilidad en las piernas o los pies puede ser otro síntoma de una lesión en la espalda. Esto ocurre cuando los nervios que controlan los músculos se ven afectados.
  • Dificultad para realizar movimientos cotidianos: actividades simples como levantarse de una silla, doblarse o cargar objetos pueden volverse dolorosas o incluso imposibles debido a las lesiones en la espalda.

Es importante no ignorar estos síntomas, ya que, si no se tratan a tiempo, las lesiones en la espalda pueden empeorar y afectar significativamente la calidad de vida. Si experimentas alguno de estos signos, es recomendable consultar a un especialista para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento.

Tipos de lesiones en la espalda

Anteriormente, hablamos de los tipos de lesiones. Ahora nos vamos a centrar en las lesiones de espalda. Según su causa, gravedad y la zona afectada, pueden clasificarse en:  

  1. Esguinces y distensiones musculares: son lesiones frecuentes causadas por un esfuerzo excesivo, movimientos bruscos o malas posturas. Pueden generar dolor, inflamación y dificultad para moverse.  
  2. Hernia discal: ocurre cuando el núcleo de un disco intervertebral se desplaza y comprime los nervios cercanos, provocando dolor intenso, entumecimiento y debilidad en las extremidades.  
  3. Ciática: se produce por la irritación o compresión del nervio ciático, causando dolor que se irradia desde la parte baja de la espalda hasta la pierna. Puede deberse a una hernia discal, espasmos musculares o estenosis espinal.  
  4. Estenosis espinal: es el estrechamiento del canal vertebral, lo que ejerce presión sobre la médula espinal y los nervios. Provoca dolor, debilidad y sensación de hormigueo en la espalda y las piernas.  
  5. Fracturas vertebrales: pueden ser consecuencia de traumatismos, osteoporosis o enfermedades que debilitan los huesos. Generan dolor intenso y pueden afectar la movilidad.  
  6. Escoliosis y otras deformidades de la columna: la escoliosis, cifosis y lordosis son alteraciones en la curvatura natural de la columna que pueden generar dolor crónico y problemas posturales si no se tratan adecuadamente.  

Cada tipo de lesión requiere un enfoque específico para su diagnóstico y tratamiento. Si experimentas dolor persistente en la espalda, es fundamental acudir a un especialista para una evaluación adecuada.

Tratamientos para las lesiones de espalda

El tratamiento de las lesiones de espalda varía según la causa, la gravedad y las necesidades de cada paciente.

Reposo y cambios en el estilo de vida

En casos leves, reducir la actividad física intensa y mantener una postura adecuada puede favorecer la recuperación. Es importante evitar el sedentarismo prolongado, ya que puede empeorar la rigidez y el dolor. 

Fisioterapia y ejercicios terapéuticos

La fisioterapia es clave para fortalecer los músculos de la espalda y mejorar la movilidad. Incluye ejercicios de estiramiento, fortalecimiento y técnicas como la terapia manual o la electroterapia. Te recomendamos la lectura de este artículo sobre Estiramientos para personas mayores.

Medicación para el dolor y la inflamación 

El uso de antiinflamatorios no esteroides (AINEs), relajantes musculares y analgésicos puede ayudar a reducir el dolor y la inflamación en la fase aguda de la lesión.

Infiltraciones y tratamientos regenerativos

Para casos más graves, las infiltraciones con corticosteroides o ácido hialurónico pueden aliviar la inflamación en articulaciones y nervios comprimidos. También existen tratamientos regenerativos como el plasma rico en plaquetas (PRP) y la proloterapia, que favorecen la recuperación de los tejidos. 

Terapias alternativas

Opciones como la acupuntura, la osteopatía o la quiropráctica pueden proporcionar alivio en algunos pacientes. Sin embargo, es recomendable acudir a profesionales cualificados y combinarlas con otros tratamientos médicos. 

Cada paciente requiere un enfoque personalizado, por lo que es fundamental acudir a un especialista para obtener un diagnóstico preciso y elegir el mejor tratamiento.

Cirugía  

Cuando el dolor es severo y persistente, o hay daños estructurales como hernias discales graves, la cirugía puede ser la única solución. Los procedimientos más comunes incluyen la discectomía, la fusión vertebral y la cirugía mínimamente invasiva.


Las lesiones de espalda en personas mayores suelen estar relacionadas con el envejecimiento natural del cuerpo, la pérdida de flexibilidad y el debilitamiento muscular. Factores como la falta de actividad física, una mala postura y movimientos bruscos pueden aumentar el riesgo de sufrir dolores o lesiones en esta zona. Identificar estas causas es clave para prevenir problemas más graves y mejorar la calidad de vida.  

Los síntomas de las lesiones en la espalda pueden variar desde molestias leves hasta dolores intensos que limitan el movimiento. La rigidez, el dolor localizado o irradiado y la dificultad para realizar actividades diarias son señales de alerta que no deben ignorarse. 

Ante estos síntomas, es fundamental acudir a un especialista para un diagnóstico adecuado y evitar que la lesión empeore con el tiempo. Afortunadamente, existen diversos tratamientos que pueden ayudar a aliviar el dolor y mejorar la movilidad, desde terapias físicas hasta ejercicios específicos como los estiramientos.

Mantener una rutina de estiramientos adecuados puede ser una excelente forma de prevenir lesiones y mejorar la salud de la espalda. Adoptar hábitos saludables, como una buena postura y ejercicio regular, es la mejor estrategia para mantener una espalda fuerte y sin molestias a lo largo del tiempo.

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